UGT reclama establecer un Plan Estratégico para la Industria en nuestro país, que permita elevar su aportación al 20% del PIB (ahora es del 16%) y aprovechar la fase expansiva para impulsar un nuevo modelo de crecimiento más equilibrado y sostenible, que apueste por los sectores y actividades de más valor añadido y por empleos de calidad.
Los datos de Contabilidad Nacional reflejan un crecimiento económico sostenido pero que sigue sin trasladarse a los ciudadanos.
El crecimiento se muestra dependiente de sectores como la construcción y el turismo, con escaso peso de la actividad industrial y la competitividad exterior se sigue basando en los bajos costes laborales y en un empleo esencialmente precario.
Es preciso además aumentar los salarios para que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo, para reactivar el consumo de las familias y la propia economía.
Los datos de la Contabilidad Nacional del tercer trimestre del año muestran que el crecimiento económico se ha mantenido en el período. Según el INE, el PIB creció un 0,6% respecto del trimestre anterior y un 2,4% en términos anuales, una décima por debajo que en el segundo trimestre y que en el avance publicado para este tercer trimestre.
Tras la desaceleración que se venía constatando desde el primer trimestre del año, los datos de hoy confirman la senda de un crecimiento sostenido.
En este sentido, los datos del PIB son positivos, puesto que reflejan que nuestro país mantiene un razonable ritmo de crecimiento económico, siete décimas por encima de la media de la zona euro (1,7%). Sin embargo, existen datos preocupantes, que deben servir para diseñar las actuaciones correctas.
UGT demanda un modelo productivo basado en más y mejor Industria
Desde el punto de vista de la oferta, el crecimiento total se mantiene gracias a la aportación de la construcción (que mantiene un elevado ritmo de aumento del 7,1% anual) y los servicios (que aumentan al 2,6%). Ambas tasas por encima de las registradas en el mismo trimestre de 2017.
Sin embargo, es muy preocupante el desplome del crecimiento de las ramas industriales, que han pasado de crecer el 4% en el tercer trimestre de 2017 a tan solo el 1,2% en el tercero de este año. La industria es el sector que aporta una mayor solidez productiva a un país, y el que genera el empleo de mayor calidad. Por eso es preciso implementar un Plan Estratégico para la Industria en nuestro país, que permita elevar su aportación al 20% del PIB (ahora es del 16%).
Crecimiento salarial insuficiente
Por el lado de la demanda, el resultado muestra importantes puntos oscuros. Si bien el aumento del PIB se mantiene, han empeorado sus componentes fundamentales. El consumo de las familias vuelve a moderarse, situándose en un 2,1% (medio punto por debajo que un año atrás); la inversión, aunque crece a buen ritmo (5,5%), pierde fuerza (punto y medio en el trimestre); la demanda nacional aporta un 2,8%, mostrando una desaceleración tanto de las exportaciones (que pasan de crecer un 5,4% en el tercer trimestre de 2017 al 1,3%) como de las importaciones, con una intensa caída en la variación anual (del 7% al 2,5%).
El empleo (medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo) mantiene su tasa anual de aumento en el 2,5% (450.000 empleos más), y la remuneración por asalariado aumenta un 1,1%. Un avance positivo, pero que no evita que los trabajadores y las trabajadoras sigan perdiendo poder adquisitivo (la inflación media del año se sitúa en el 1,7%), un resultado inaceptable para una economía en expansión desde hace cuatro años.
UGT seguirá defendiendo que el crecimiento económico llegue a todas las personas, lo que implica una subida generalizada de rentas esenciales, como las pensiones, las prestaciones por desempleo, el refuerzo del sistema de protección social (en su conjunto) y de los servicios públicos.
La competitividad exterior sigue centrada en los bajos costes laborales
Sin embargo, la senda sostenida de crecimiento se muestra dependiente de sectores como la construcción y el turismo, con escaso peso de la actividad industrial. La competitividad exterior permanece centrada en unos bajos costes laborales (estrategia ya agotada) y un empleo creado que es esencialmente precario (de ahí el descenso de la productividad por trabajador que se registra, del -0,1%, que en el caso de la productividad-hora es del -0,5%).
Por todo ello, la duración de la fase expansiva debe aprovecharse para implementar políticas adecuadas que favorezcan la construcción de un nuevo modelo de crecimiento, más equilibrado y sostenible, que apueste por los sectores y actividades que más valor añadido y empleo de calidad generan.